#FARANDULA / MUNDO – El pasado 4 de abril, la cantante y actriz Jennifer Lopez anunció que está comprometida con Ben Affleck, 18 años después de haber terminado su relación por primera vez. La artista de 52 años publicó en su boletín On The JLo un video en el que muestra, visiblemente emocionada, un anillo verde. Sus representantes luego confirmaron el compromiso a la revista People.
El anillo era de un diamante de corte esmeralda, de color verde pálido, según los medios estadounidenses. “Bennifer”, el apodo dado a la pareja cuando su primera relación ocupaba todos los titulares, entre 2002 y 2004, incendió la prensa del corazón el año pasado, cuando volvieron a circular fotos de ellos juntos.
Se conocieron por primera vez en el set de Gigli, un gran fracaso de película de 2002. Pospusieron sus planes de matrimonio en 2003 y a inicios del año siguiente anunciaron que su relación había terminado. Si esta vez concretan sus nuevos planes de boda, será el cuarto matrimonio para Lopez y el segundo para Affleck, el actor y director de 49 años.
Lopez estuvo casada con el actor Ojani Noa, el bailarín Cris Judd y el cantante Marc Anthony, con quien tiene los gemelos de 14 años Max y Emme. Por su parte, Affleck estuvo casado con la actriz Jennifer Garner y ambos son los padres de Violet, de 16 años, Seraphina (13) y Samuel (10).
Cabe recordar que Lopez conversó sobre su renovada relación con Affleck en una entrevista con People en febrero. “Es una hermosa historia de amor que tuvimos una segunda oportunidad” de vivir, dijo.
Reglas para la intimidad entre JLo y Affleck
Sin embargo, en medio de la felicidad que significa esta noticia, tanto para la pareja como para sus seguidores, lo cierto es que la sonrisa se borró por un momento al conocerse el acuerdo prematrimonial que Lopez realizó y que tiene un punto un poco “bizarro”, tal como lo comentaron sus propios fans.
De acuerdo con la filtración que la prensa de chismes estadounidense ha hecho del preacuerdo, la actriz le pidió a Affleck que sus encuentros íntimos no se den una, ni dos, ni tres veces por semana, sino cuatro; y esto es solo lo mínimo que pide ella, por lo que los momentos “felices” entre la pareja podrían ser incluso diarios.